¡¡ELLOS TIENEN EL PODER Y LO VAN A PERDER!!

Nos quieren hacer pensar que la esclavitud se terminó, que forma parte del pasado, que sólo la sufrieron los negros de África, pero no. En la actualidad las fábricas y empresas son el mejor exponente de la esclavitud moderna, las hay por todos lados, son la picadora de carne que desintegra, que hace invisible la esencia humana. Sin embargo, decir que en este paradójico y cruel sistema los hombres y mujeres necesitan trabajar para poder sobrevivir, no es nada nuevo. Hoy nos toca hablar de los trabajadores de Kraft Foods, ex Terrabusi. Kraft se viene alimentando con la sangre de sus obreros desde hace más de 130 años; pegó el estirón cuando vendió al ejército de Estados Unidos toneladas de alimentos enlatados para la Primera Guerra Mundial. Kraft, que en solo la primera mitad de este año ganó un total de 1487 millones de dólares, aterrizó en la Argentina en el 2000, momento en el que compró Terrabusi y en el que los trabajadores del grupo pasaron de 8 mil a 4 mil. El propietario que tiene en su poder la mayoría de las acciones de la multinacional es Warren Buffet, uno de los hombres más ricos del mundo y asesor económico de Barak Obama, actual dueño del imperio yanqui.
El martes 18 de agosto llegaron a las manos de los obreros y obreras 160 telegramas de despido. Fue entonces que se dictó la conciliación obligatoria para que la empresa vuelva a otorgar los puestos de trabajo a todos los despedidos, sin embargo la patronal no acató la orden. En respuesta los trabajadores cesaron la actividad en la planta y optaron por cortar la Panamericana, decididos a dar pelea.
Los días pasan, la protestas y cortes continúan, los periodistas mediocres se quejan del “caos de transito”, y la policía, que grafica de una manera excepcional lo que es la ignorancia con poder, reprime. No obstante, no hay que ser adivino para argüir que en la cabeza de la patronal se encuentra Zanón, la fábrica de Neuquén que hoy pertenece a los trabajadores. Los millonarios de Kraft saben muy bien que corren el peligro de perder su picadora de carne, son concientes que en el aire flota la posibilidad de que la fábrica cambie de manos, y eso obviamente no les gusta. Por el momento los obreros tienen todas las de ganar, corren días en que los explotadores transpiran la gota gorda, lo cual no puede más que alegrarnos.

Granger

1 comentario:

Anónimo dijo...

Viva la lucha de los trabajadores!! Basta de explotacion!!!!!!