Crónica histórica

UN POCO MÁS ALLÁ DE LO REAL. UN POCO MÁS ACÁ DE LO IMPOSIBLE.
Aquel mayo francés de 1968 la ciudad olía distinto. Algo, esa mañana, le indicaba a Pierre que no era un día como los de costumbre.

Por Tamara Alvarez Brasil

“¿Sólo ha sido un sueño, dónde está la ficción, dónde está lo real?” (Michel de Certeau)

Los hechos de mayo del ´68 se desataron en el marco de un reclamo interno de la Universidad, pero se convirtieron inmediatamente en el punto de fuga de la disconformidad general ante el sistema conservador francés y el sistema capitalista en general. Durante poco más de un mes Francia estuvo paralizada. Fue la posibilidad de poner en acción los discursos marxistas del siglo anterior en un contexto cercano al nuevo milenio. La Revolución Cubana, la guerra de Vietnam, el Cordobazo, la protesta estudiantil en la Plaza Tlatelolco (México), la primavera de Praga, sólo por intentar enumerar, fueron algunos de los múltiples acontecimientos que atravesaron el mundo entero, en un contexto en el que lo pensado por los teóricos de izquierda se creía posible por protagonistas de la vida social y política de la segunda mitad del siglo XX. Un despertar del sueño de la gran vida americana y de los años dorados post Segunda Guerra Mundial, un despojarse de la comodidad de la vida burguesa. En este contexto, un nuevo actor tomaba el protagonismo como sujeto social de cambio, lugar que hasta ese momento los viejos marxistas depositaban en la clase obrera: la juventud. El mismo actor que el mercado había creado, se convertía en su mayor peligro, asumía el papel principal en ese despertar.

¿El Mayo Francés fue el fin del sueño revolucionario? ¿Fue la ruptura de un orden establecido? ¿Fue el inicio de una nueva etapa, el principio de otro tipo de revolución? El ´68 puso sobre la mesa la contradicción entre el discurso de los partidos (en definitiva, tradicionales) de izquierda y su acción (Alain Touraine dijo al respecto: “El problema de nuestra sociedad y, en particular, de la izquierda francesa de los últimos cincuenta años, es que tiene que elegir entre un vocabulario que ya no se corresponde con la realidad y una realidad que todavía no tiene vocabulario”). Cuarenta años después, la polvareda continúa levantándose entre los defensores y los no tanto cuando se habla acerca del carácter revolucionario del Mayo francés. Lo que no puede negarse, y esto también cuarenta años después, es la bisagra en la que se transformó, la puesta en un lugar visible, y anteriormente impensado de temas y problemáticas tales como el sexo, las minorías (sexuales, étnicas, religiosas, inmigratorias), la institución de la familia; puso en jaque por cinco semanas al conservadurismo (el de la derecha en el poder y el de la izquierda como oposición) y pisoteó la vida ordenada. El Mayo Francés fue, básica y esencialmente, una revolución cultural; invadió la esfera política con problemas de la cultura (Touraine). En el contexto actual en el que la Revolución sobrepasa la apropiación de los medios de producción, en el que los medios de comunicación y las tecnologías impregnan la vida cotidiana de la mayor parte de la población mundial, en el que las grandes multinacionales globalizadas no se niegan la posibilidad de invertir en los holdings comunicacionales, en donde el poder es puro simbolismo (monetario, bursátil, estético); en definitiva, en el que la vida social no escapa de la política de representación, ¿cuánto Mayo Francés hay en nuestros ámbitos culturales?

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