Editorial

CRONOPIOS Y POLITICA
Ibamos a comenzar esta editorial diciendo que los políticos argentinos son todos unos miserables cobardes. Pero, afortunadamente nos dimos cuenta a tiempo y no volvimos a caer en ese error. De haberlo hecho, habríamos reiterado el falso sentido común que tanto ha vapuleado a nuestra generación en las últimas décadas: “En política yo no me meto”. Pero sí, nos metemos y hasta el fondo.
En Argentina hay personas maravillosas que hacen una política honesta, sin máscaras ni especulaciones. Un claro ejemplo son las cientos de fábricas recuperadas por sus trabajadores; quizás teniendo su mayor exponente en Zanón: la fábrica de Neuquén es autogestionada por sus obreros y sigue resistiendo a pesar de las continuas presiones gubernamentales y privadas. Lo mismo con los militantes en las universidades y en los colegios secundarios; su trabajo en las fábricas, en los barrios y en las instituciones académicas es digno de destacar. No podemos dejar de mencionar a las Abuelas de Plaza de Mayo: una organización que gracias a su política en favor de los derechos humanos ha logrado encontrar a decenas de hijos de desaparecidos y unirlos nuevamente con sus familias. Estos son solo algunos ejemplos de que en este país se ejerce una política coherente y colectiva.
Sin embargo, existen los políticos manipuladores, mentirosos, especuladores, que por desgracia también son nuestros gobernantes. Con nombre y apellido, no creemos en el eufemismo.
Mauricio Macri descuenta los días que los maestros ejercen su derecho a huelga, cuando paran exigiendo $1.400 de salario mínimo. Eso mientras decreta que a partir de octubre sus funcionarios empezarán a ganar la suma de $11.905 por mes.
Otro ejemplo es el que rebalsó el vaso e impulsó esta editorial. Nos referimos a Sergio Massa, flamante jefe de Gabinete. En una de sus primeras entrevistas mediáticas, el funcionario esputó respuestas triviales, eufemismos y reiteraciones que no iban a ningún lado. Pero creemos necesario detenernos en un punto. Cuando uno de los periodistas preguntó acerca de la inflación, el reemplazante de Alberto Fernández respondió que no tenía idea, qué las cuentas de su casa las maneja su mujer.
Obligados nos preguntamos, ¿Massa es un idiota que no sabe que los precios de los productos se doblegaron y hasta triplicaron, o es otro fusible manipulador del Gobierno? Inferimos que se trata de la segunda opción. Lo mismo sucedió cuando le preguntaron acerca del conflicto con el campo. Optó por no opinar. Massa parece haber olvidado que es un funcionario público y que por lo tanto tiene la obligación de expresar sus ideas acerca de la situación social; por si no lo sabe, nosotros se lo exigimos.
No podemos quedarnos de brazos cruzados, tenemos que decir los que nos molesta, manifestarnos, generar propuestas. En dos palabras: hacer política. Una política honesta que no recaiga en el discurso barato de “trabajar para todos los argentinos”, mientras nos sentamos como autómatas en una silla sin hacer nada. Como diría un viejo amigo: "El conocimiento nos hace responsables”.

2 comentarios:

rey larva dijo...

salud revbelados
que buen nro. se mandaron
lo quiero
por donde andan?
el 28 de diciembre presento oficialmente las puertas del viento
en pza francia 18 hs
independencia y revolucion

Anónimo dijo...

Maravilloso blog, una importante contribución a la cultura, la educación y la tv de aire.