INFORME / software libre

Anarquistas informáticos

La gran mayoría de los usuarios de computadoras nos sometemos al monopolio tiránico de Microsoft. Sin embargo existe una cooperativista forma de combatir a la corporación de las ventanitas.

por Agustín Zeoli y Emiliano Bezus Espinosa

SOFTWARE PRIVATIVO VS SOFTWARE LIBRE
Agazapada y en silencio aguarda la computadora ser prendida. Pero en cuanto el dedo presiona el botón de encendido, surge la pregunta ¿quién usa a quién? La PC es una máquina electrónica diseñada por el humano para uso humano, recibe y procesa datos de forma lógica a gran velocidad produciendo información. Este artefacto consta básicamente de dos segmentos, uno físico y tangible bautizado como hardware; y otro denominado software, lo que comúnmente llamamos programas. El Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE en inglés), la más grande asociación internacional sin fines de lucro constituida por profesionales de las nuevas tecnologías, define al software como “el conjunto de los programas de cómputo, procedimientos, reglas, documentación y datos asociados que forman parte de las operaciones de un sistema de computación”.
La corporación Microsoft fundada por Bill Gates y Paul Allen en 1975 diseña y fábrica este tipo de software. Como dato importantísimo vale decir que esta empresa monopoliza el mercado mundial de productos informáticos en un 90%. Existen dos clases de software, el privativo y el libre. Cualquiera de ellos cuenta con un Código Fuente. El mismo constituye el conjunto de instrucciones que debe seguir la computadora para realizar determinada tarea y es diseñado por el programador.
En el software privativo este código está, cómo se lo conoce en la jerga informática, cerrado lo que significa que quienes acceden a dicho programa tienen limitadas posibilidades de uso y redistribución, además de una nula modificación del mismo. O sea que estos programas de computadora no se adaptan al usuario sino que éstos deben seguir las reglas que las compañias imponen. Paralelamente quien diseña dicho programa (programador y/o empresa) tiene en su poder los derechos de autor, distribución y comercialización.
La Fundación para el Software Libre creada en 1985 se refiere a éste como una cuestión de la libertad de los usuarios de ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, cambiar y mejorar el software. Más precisamente, se refiere a cuatro tipos de libertades para los usuarios del software: La libertad de ejecutar el programa, para cualquier propósito (libertad 0). La libertad de estudiar cómo trabaja el programa, y cambiarlo para que haga lo que usted quiera (libertad 1). El acceso al código fuente es una condición necesaria para ello. La libertad de redistribuir copias para que pueda ayudar al prójimo (libertad 2). La libertad de mejorar el programa y publicar sus mejoras, y versiones modificadas en general, para que se beneficie toda la comunidad (libertad 3). El acceso al código fuente es una condición necesaria. Claramente aquí es el usuario quien le impone las reglas al software.
Sin embargo esto no significa que sea gratis aunque en muchos casos sí lo es. A diferencia de Microsoft un productor de software libre vende su programa pero entrega además el código fuente del mismo. Ya que la idea no está en el costo sino en que el usuario pueda hacer con el programa lo que quiera. Como por ejemplo modificarlo y mejorarlo, y además que no tenga ninguna limitación en hacerlo. Aunque sí debe respetar la libertad de acceder al código fuente y difundir dicho programa con los arreglos realizados.
Uno de los ejemplos más conocido es el navegador de Internet Mozilla Firefox, un software libre el cual permite, a cualquiera que cuente con los conocimientos informáticos, poder modificarlo a gusto y placer.

POWER TO THE PEOPLE
El poder se abastece -afirma el filósofo Michel Foucault- no como una cascada que cae de arriba hacia abajo sino en una trama de relaciones sociales. El poder construye lo que es falso, establece el saber y además se modifica históricamente. Continuando por esta senda es indudable que Microsoft es la empresa creadora de productos informáticos número uno en el mundo. Lamentablemente varias décadas de proceso histórico neoliberal avalan sus acciones y derrocarla no es algo que se da de un momento al otro. Si bien se puede afirmar que el uso del software libre es una honorable forma de combatir a este gigante, también es real que lograr el traspaso del uso de software privativo al libre es una tarea ciclópea. Allí es donde el poder comprendido cómo lo argumenta Foucault juega sus fichas. Porque no es solamente que la empresa de Bill Gates está sentada en su trono encima del planeta, sino que cuenta con toda una estructura en red en donde cada uno de nosotros como usuarios, colaboramos con la misma. De hecho está nota es escrita y va a ser corregida con el procesador de texto de uno de los hombres más ricos del mundo.
Como acción ideal lo mejor sería que cada uno en nuestras computadoras realizáramos el traspaso al uso de software libre. Por ejemplo, cambiar el Sistema Operativo Windows por el GNU/Linux, sería un primer paso. Este programa fue creado en dos partes, primero el proyecto GNU en 1983 por Richard Stallman con el sistema operativo UNIX diseñado por completo con software libre; y luego el núcleo Linux en 1991 creado por Linus Torvalds. Unidos dieron vida al gran batallador del Windows. Por supuesto que el cambio no es sencillo, pero también se tiene la alternativa de comenzar con una variante del GNU/Linux como es el Ubuntu.

UNA POLÍTICA NUEVA
En Microfísica del poder Foucault argumenta que “A las grandes técnicas nuevas de poder (que corresponden a economías multinacionales o estados burocráticos) debe oponerse una politización que tendrá formas nuevas”. Y estas nuevas formas de política deben estar a cargo nuestro como usuarios. Indefectible es que vivimos en tiempos donde la informatización es parte de nuestra vida cotidiana, por lo que escapar de ella no hace más que ubicarnos en una posición donde nuestro sometimiento se densifica. La información y el conocimiento son las primeras armas que como usuarios de computadoras debemos desenvainar.
Tal fue el espíritu que llevó a Richard Stallman a fundar el proyecto GNU para “Volver a la cooperación que prevaleció en los tiempos iniciales de usuarios de computadoras”. Ideales de libertad de elección y uso informático que actualmente no están al alcance de todos. Pero libertad puede alcanzarse en forma cooperativa y en conjunto, como afirma el anarquista ruso Mijail Bakunin: “el hombre no se convierte en hombre y no llega, tanto a la conciencia como a la realización de su humanidad, más que en la sociedad y solamente por la acción colectiva de la sociedad”.



EL LADO LUMINOSO DE LA FUERZA
(Opinión de un encariñado con el Linux)


Por fin he decidido embarcarme en este nuevo mundo, un mundo sin malware ni antivirus, sin seriales, sin cracks, totalmente editable y configurable... sin fronteras. Había intentado realizar este viaje dos veces con anterioridad, lamentablemente, sin llegar a cumplir mi objetivo por problemas propios y por estar tan aferrado a ese monstruo que me consumía (abominable creación de un tal Bill Gates).
Poniendo manos a la obra, comencé con el formateo. Una vez que mi rígido quedó brillando como nuevo, procedí a insertar el LiveCD de una ditribución de GNU/Linux, llamada Ubuntu, en su versión 7.04. Cuando comenzó a bootear el disco, apreté F2 para cambiar el idioma y elegí entre una cantidad inimaginable, el idioma español. Luego fui a la opción de "Iniciar o Instalar", y lo que vi, para mi sorpresa transcurridos unos segundos, fue un escritorio totalmente funcional, en el cual podía observar y usar todo el contenido de este nuevo sistema operativo ¡antes de instalarlo! Después de pulsar dos veces sobre el icono "Instalar", pude observar un asistente completo y muy amigable que me guió por todo el proceso de instalación, desde la configuración regional y el idioma hasta la partición de mi disco rígido. Incluso me di cuenta que se pueden importar opciones y documentos desde otro sistema operativo (cosa inimaginable en el Sistema operativo de Microsoft). Por suerte, la instalación no duró más de diez minutos, y una vez reiniciada la PC, ya tenía a mi nuevo amigo totalmente instalado, y listo para funcionar.
Luego de configurar el idioma del teclado, el tema de colores, los cursores del mouse y cosas por el estilo, con solo clickear en "Habilitar efectos del escritorio" ya tenía un agradable escritorio 3D. Entonces dije: Bueno, disfrutemos de un momento tranqui con Bob Marley (mediante mi carpeta de MP3's). Entonces busqué en Google, y descubrí que existe un reproductor llamado Audacious que es una copia fiel (o al revés) del reproductor que usaba anteriormente: el Winamp. Mientras escuchaba mi música favorita, me dieron ganas de chatear un rato con mis contactos, por lo cual nuevamente recurrí a Google, y encontré e instalé un software llamado aMSN, que es muy parecido (por no decir igual, o mejor) a la versión de Microsoft: el Windows Live Messenger.
Se me ocurrió entonces buscar una solución para reemplazar al eMule, y lo que encontré fue un software llamado aMule, que a simple vista es exactamente lo mismo. Con mi aMule compartiendo, decidí instalar un programa que me permita grabar CD's como hacia antes con el Nero. Encontré (nuevamente en Google) una opción interesante llamada "Brasero" y procedí a instalarla. A los cinco minutos tenía mi primer disco grabado en Linux. Con todo esto funcionando, me fui a dormir soñando con lo que podría hacer al día siguiente.

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