CREAM: RUEDAS DE FUEGO


La carrera musical de Cream podría considerarse efímera e intensa en proporciones iguales. A pesar de estar juntos por dos años y medio (desde junio de 1966 hasta noviembre de 1968), el trío formado por Eric Clapton en guitarra, Jack Bruce en bajo y Ginger Baker en batería, fue de los más influyentes en la historia del rock. Su mezcla de blues, jazz, psicodelia y pop fue un clásico de los sesenta, influenciando, años después, a bandas de la talla de Led Zeppelin.

Por Agustín Di Tomaso

Un encuentro entre Eric Clapton (nacido el 30 de marzo de 1945) y Ginger Baker (19 de agosto de 1939) fue el génesis del primer supergrupo del rock. Clapton, con una reputación en ascenso en la escena londinense y luego de grabar un fantástico disco con los Bluesbreakers de John Mayall, y Baker, al frente de la Graham Bond Organisation, se encontraban en la búsqueda de nuevas direcciones musicales que explorar. El guitarrista sólo aceptaría formar parte del proyecto si participaba un tipo al que vio tocar y le provocó una gran admiración: Jack Bruce (14 de mayo de 1943). Lo que Clapton no sabía era que Bruce y Baker habían coincidido en la Graham Bond Organisation antes que el último despidiera al primero por una rivalidad que también desencadenaría el final de Cream años después. Dejando de lado las diferencias, la banda comenzó a ensayar viejos temas de bluseros como Robert Johnson, Muddy Waters y Willie Dixon, siempre con el sello distintivo del trío. Canciones compuestos por Jack Bruce en colaboración con el letrista Pete Brown completarían el repertorio del grupo. Se autodenominaron Cream porque se consideraban la “crema del blues inglés”.
Luego de un olvidable single debut (Wapping Paper), la banda publicó el tema I Feel Free. Éxito inmediato, el siguiente paso fue el LP Fresh Cream editado en diciembre de 1966. Entre temas originales del grupo (N.S.U., Dreaming) y covers como I’m So Glad de Skip James, se encontraba Toad, de Ginger Baker, donde se lucía en un solo de batería que sería influencia directa del Moby Dick de Led Zeppelin.
En el segundo disco, Disraeli Gears, se nota la evolución del grupo con un acercamiento a la psicodelia y un mayor nivel en las composiciones de la dupla Bruce/Brown. El LP contiene
Sunshine Of Your Love (con uno de los riffs más populares de la historia del rock) y temas originales como Dance The Night Away, SWLABR y la primera composición de Clapton Tales Of Brave Ulysses.
La fama del grupo, afianzada ya con el éxito del segundo larga duración, se seguía elevando al nivel de The Beatles y The Rolling Stones, en legendarios conciertos donde cada integrante daba muestras de virtuosismo en largos pasajes instrumentales. Esto quedaría plasmado en el doble disco de 1968 Wheels Of Fire. Un primer disco en estudio, que muestra algunas de las mejores composiciones del grupo (White Room, Politician), y un segundo en vivo, con versiones de otros artistas, siempre con el sello distintivo de la “crema”: Croassroads de Robert Johnson y Spoonful de Willie Dixon son los mejores ejemplos.
Una gira despedida a finales de 1968, un último disco en 1969 con 6 temas, 3 en vivo y 3 grabaciones originales en estudio (donde se destaca la composición en colaboración de George Harrison y Eric Clapton en el tema Badge) y egos a punto de estallar llevaron a la desaparición de una de las más grandes bandas de la música rock de todos los tiempos. Habría reconciliación más de tres décadas después, en el 2005, para juntarse a tocar en el Royal Albert Hall y dejar en claro que, a pesar del paso del tiempo, no hubo (ni habrá) ningún grupo igual.


Si era tan bueno, ¿por q
ué se murió?

No hay duda que Eric Clapton y Jimi Hendrix fueron dos de los más grandes guitarristas de la década del sesenta y de la historia del rock. Pero, ¿a qué se debe el mito que rodea a Hendrix? ¿Por qué la existencia de dibujos, pósters y remeras con la imagen de Hendrix y no de Clapton? Si fuera por lo estrictamente musical, hasta el momento de su muerte, el 18 de septiembre de 1970, Clapton no tenía nada que envidiarle a los pergaminos de Hendrix (tal vez unas guitarras destrozadas y quemadas, y unos dientes aptos para tocar, cosas que no hacen a lo estrictamente musical).
Al comenzar la década del setenta, Eric “Mano Lenta” Clapton, poseía en su currículum vitae un paso por The Yardbirds; un trabajo excepcional con los Bluesbreakers de John Mayall; la carrera completa de Cream (con sus 4 discos editados), una participación en el Álbum Blanco Beatles; y la creación del grupo Blind Faith, con Stevie Winwood (de la banda inglesa Traffic).
Jimi Hendrix murió de sobredosis en el momento de mayor éxito de su carrera. Al haber muerto con tan sólo 27 años, dejó como legado una producción discográfica inmaculada y perfecta, únicamente comparable en influencia con la de The Beatles. Es posible que una muerte prematura de Clapton no sólo habría generado remeras con su cara (y películas sobre su vida), sino que hubiéramos estado impedidos de verlo alejarse de los excesos del rock (lo qu
e convierte a un músico de rock en una estrella de rock, después de todo) y de verlo hacer música para películas entrada la década del noventa.
Podríamos extender esto a varios artistas de finales de la década del sesenta. No desde la negación de sus aptitudes musicales (sería estúpido negar las voces de Jim Morrison o Janis Joplin o la destreza de John Bonham y Keith Moon en la batería), pero sí desde la recategorización de “seres humanos que hacen rock” a deidades musicales. ¿Qué hubiera pasado si The Beatles no se hubieran separado luego de editar el clásico Abbey Road? ¿Qué hubiera pasado si continuaban su carrera por cuarenta años? ¿Hubieran caído en los excesos de sus “rivales”, The Rolling Stones (cuya carrera hasta 1971 no tenía desperdicio)? ¿Habría remeras con la cara de Paul McCartney si lo hubieran asesinado? Después de todo: ¿No revolucionaron la música los cuatro Beatles? ¿O fue sólo John Lennon?

Es innegable la importancia de Hendrix en el rock: su manera de componer, tocar e interpretar marcó un antes y un después en la música. Pero tampoco se puede negar la admiración de Jimi Hendrix por Eric Clapton. Eso sólo dice mucho, ¿o no?

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