EDITORIAL

Habladurías de la Derecha argentina

En el último semestre del año irrumpieron acontecimientos que potenciaron una catarata desbordante de desinformación. Uno de ellos fue el crimen de Mariano Ferreyra, militante del partido Obrero, asesinado a manos de la burocracia sindical. La cobertura de los programas oficialistas (6, 7,8 a la cabeza), demostró que no tiene reparos en utilizar la muerte de un joven para tergiversar lo sucedido. Aquellos que se jactan de ser de izquierda y de acompañar “la transparencia kirchnerista”, no tardaron en relacionar a José Pedraza con otro mafioso: Eduardo Duhalde. Lo cierto es que el gremio de la Unión Ferroviaria contó con el apoyo (al menos hasta el 20 de octubre) tanto del gobierno de Néstor Kirchner como del de Cristina Fernández.

A pocos días de que Mariano muriera frente a las cámaras de televisión, Hugo Moyano, secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), dio un manotazo de ahogado declarando en diversos medios: “Pedraza se retiró de la CGT hace un año y pico”. Y agregó con la hipocresía que lo caracteriza: “Siempre defendí a los trabajadores tercerizados, ya que esa es la responsabilidad y la obligación que tenemos”. Lo irónico es que en el acto por el 17 de octubre organizado por la CGT en el estadio de River Plate, los camiones y las banderas de la Unión Ferroviaria fueron más que visibles. Como hemos argumentado en otros números, Moyano es un empresario disfrazado de trabajador, y miente impunemente, como si creyera que el poder es para siempre.

Por otra parte, el 27 del mismo mes, ocurrió la muerte imprevista de Néstor Kirchner. De inmediato los diarios y canales más conservadores publicaban: “Tras la muerte del ex Presidente habría cambios en el gobierno de Cristina”. Fueron más de uno los melancólicos del fascismo que festejaron su fallecimiento. Quizás, llenos de regocijo y esperanzas mirtho-legrandescas, pensaron “por fin se termina el zurdaje”.

Lo que es claro es que más allá de las expresiones cotidianas de Doña Rosa, nunca existió tal "zurdaje": las burocracias sindicales; el vaciamiento en salud y educación; los pactos con los multimedios durante los primeros años del gobierno kirchnerista; el veto a la ley de glaciares; el veto al 82 por ciento móvil (más allá de las votaciones interesadas de la oposición de ultraderecha con respecto a esta ley); el pago de una deuda externa ilegal a costa del hambre del pueblo; la represión policial en Bariloche que dejó el saldo de tres muertos a mitad de año; la represión a los obreros de Kraft; el asedio y persecución a las comunidades mapuches; la histórica naturalización de tener Presidentes multimillonarios mientras los trabajadores ganan miseria; la desaparición no sólo física sino mediática de Julio López; el asesinato de Mariano Ferreyra y la desaparición de Luciano Arruga en manos de la Policía, así lo demuestran.

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